De los aviones sólo conozco el ruido que tantas noches me despierta y con el que tantas noches me voy a dormir. Y que pueden ser de hélices o no, y de ahí un sonido u otro. Veo sus ruedas listas para aterrizar cuando los sueño desde mi ventana, también sus colores matados por la oscuridad o azulados las noches en las que la luz de la luna vence a la negrura.
De los barcos conozco la canción. Que los hay chiquititos y tan grandes como mi cole. Que flotan en el mar o en los ríos, de los que no sé más que el primero es salado y dulces los segundos. Conozco de oídas el sonido de su claxon gigante al llegar a puerto en las películas ¿Y del puerto? del puerto ni su olor, ni su trajín, ni he llegado nunca a uno, ni de ninguno partí.
Pedro, mi profesor, nos habla de las montañas, que están muy cerca y tienen nombre. Sé que no miente en eso de la distancia porque las veo emborronadas a lo lejos cuando atravieso el descampado que nos separa del pueblo.
Pero hay cosas que sí conozco muy bien, no creáis.
Sé que una tele puede ser tan grande como la pared de la que cuelga y que puede pasarse horas encendida. Justo así es la de mi casa.
Sé que a mi frigorífico le cabe más cerveza que comida y que a mi padre eso le consuela. Que para él, un libro sirve para nivelar una mesa. Que llevarme a esas montañas sería perder el tiempo y que en su raído sillón frente a esos inmundos canales es donde desea vivir muriendo.
También sé que me quiere, pero menos de lo que quiere un padre a su hija. Conozco bien lo que significa ser huérfana de madre, de amor, de experiencias y dulzura.
Vivimos sin ilusiones ni esfuerzos gratuitos, con lo mínimo, como si lo máximo estuviera tan lejos.
Pero no me rendiré.
Os cuento un secreto:
Sé, alto y claro, que voy a montar en esos aviones y navegar en grandes y pequeños barcos. Que visitaré esas montañas cercanas, que las veré debajo de mis pies y bajo las nubes, nevadas. Que no me conformaré con un amor minúsculo, y que encontraré uno sincero por más que se quiera esconder. Y leeré. Y descansaré cada noche, sin más ruido que el del pájaro que no duerma. Y viviré. Y no será mañana. Será inmediatamente después de que escriba este punto que ves (.)

Precioso el texto y maravilloso ese futuro que presientes.
Qué bien lo expresas !!!👏👏
Gracias!
De los más bonitos que he leído! Me encanta …
Gracias, Mari. A mí también me gusta mucho este texto.