Hay personas que siempre están sonriendo. Pero no digo las que siempre lo hacen, sino las que parecen hacerlo. La forma de sus labios o sus dientes o ambas cosas a la vez las hacen vestirse de felices, o de tontas, o de listillas porque parecen reírse de ti y todo porque a veces lo hacen cuando no toca. Cuando se descoordinan de la realidad, salta la liebre y ya no sabemos si es careta, sordera o cemento facial.

Y ahí están, sonriendo una muerte, un chiste o una huelga laboral. Lo mejor hablarles cuando sepas que su expresión irá acorde con el tema a tratar, sino todo serán desconfianzas, buenas caras y sonrisas al azar.