La vida es imperfecta. Quien lo entiende va ganando y hay mucho que ganar. Sabe que puede estar enfermo justo el día que su grupo favorito da un concierto para el que tiene la entrada hace meses. Sabe que un coche puede estar aparcado impidiendo que un chico en silla de ruedas pueda bajar el escalón. Sabe que el café no siempre llega con la tostada o sabe que el dolor no siempre es ajeno. Sabe que el mundo no está hecho para los desgraciados y que entre ellos hay gente maravillosa que no se merece la vida que les ha tocado. Sabe que si pelea conseguirá avanzar y que también hay gente que avanza solo dejándose llevar por la corriente del dinero. La vida es imperfecta, perfecta no sería mejor, pero si podría ser imperfecta en otra dirección y que la gente con problemas reales tuviera ayuda divina, o terrenal, en este caso como en los demás, tampoco hay que buscar la perfección.