Delante tenía la caja. Cerrada. No tenía la llave, sí conservaba el olvido de lo que guardó dentro y un martillo para sacarlo. Pero no lo usaría, podía romper lo que la caja ocultaba. Usó mejor un destornillador de pala. Diez minutos le costó hacer saltar la cerradura y encontrarse con la sorpresa de un papel doblado. Plegado de forma desigual. Colocado en el centro de la caja como repelido por las cuatro paredes interiores con igual fuerza y precisión. Blanco y pulcro por el lado de arriba, dejaba ver algún garabato cerca de una punta torcida y un punto y final que anclaba la última palabra de lo que parecía un escrito, y su letra. Controlaba bien las intrigas pero, estando a solas como estaba, se dejó llevar por el hambre de saber qué se decía momentos antes de encerrar en aquella cárcel el texto que aún no recordaba que lo era. Desplegó la hoja, que pareció quejarse de dolor por abandonar la postura que mantenía desde hacía ya muchos años. Aun así, se desnudó ante los ojos del lector que ya se había calzado las gafas que nunca antes había necesitado y empezó a decir:

“Amigo, has incumplido la promesa de protegerme. Encerrarme y olvidarme es otra cosa, no lo mismo. Llevo mil días retenido, borrando y reescribiendo, esperanzado unas veces, otras matándote en el texto y luego perdonándote. Hace un rato, cuando noté el trasteo de mi celda, terminé la última versión, esta que lees, y que si me dejas solo puede que vuelva a cambiar. Lo primero que has de saber es que lo que guardaste no era definitivo, más bien era un borrador de desvaríos y supuestos. Decías y decías, sin orden alguno, y así me encerraste infectado de ilusiones. Ahora que nos volvemos a ver, no sé qué pensar. No sé qué esperas de mí y ni siquiera sé lo que quiero yo de ti. He hecho mi parte esperándote, más por falta de recursos que por lealtad. Ahora me marcho. Te dejo el blanco de mi ausencia para que hagas lo que quieras con él. Quizás alguien como yo pinte de nuevo tu papel y puedas retomar los deseos que dejaste morir en esa caja, de la que ya siempre me alejaré”.