Andaba desesperada, buscando en cada esquina, detrás de cualquier cosa que tuviera un detrás. Escudriñando los entretechos y los bajo suelos. Escalaba las paredes hacia arriba, hacia abajo las bajaba. Rascaba las paredes de papel, descubriendo otros papeles, que lo eran sin textos, ni nada de lo que ella anhelaba. Se durmió, cansada de estar despierta, y así llegó la media mañana y la tarde de un día, que era el primero de lo que ansiaba. Empezaba el uno de los trescientos y pico que volverían a dar impulso a su vida. Entonces ya todo se volvió encuentro y la búsqueda perdió el sentido y el sentido, ya para siempre, fue el de su marcha.

Luchó y padeció pero le mereció la pena.
Podía estar dando vueltas todavía.🤪🤪