Miro la lista, buscando ansioso. Hago scroll, hasta abajo, hasta el fondo. Que no se termine. Que aparezca mi nombre. Mis ojos recorren las letras. Siguen buscando al ritmo de mi dedo en el ratón, casi cazados por este. Aún no se ha acabado. Espero encontrarlo. Rastreo. Tiene que aparecer. No me detengo. Husmeo. Exploro. Que sea interminable si no.