Hay personas a las que únicamente les conoces el trayecto. Sabes, por ejemplo, que ‘Ella. Número 1’ a las 15:45 h. va hacia algún lado que está en sentido contrario al que tú vas. También, sabes que necesita mochila, o que no ha vuelto a casa desde que salió por la mañana, porque hace calor, lleva chaqueta y a una hora temprana tendría sentido, ahora no. O está loca o es sumamente friolera. Además, sabes que ‘Él. Número 2’ viene de hacer deporte, por su ropa, su sudor y el rojo del rostro del que está poco acostumbrado a realizar esfuerzos deportivos. De esta forma crecen pisoteadores de las mismas calles a tu alrededor. Los conoces, un poquito, aunque jamás hables con ellos, a no ser que ocurra un hecho extraordinario en el que la mínima confianza adquirida ayude a echar unas risas o ayude a ayudar a otro de los peatones, que de alguna manera, ya son de los nuestros.