Si hablas de la guerra,
me convierto en refugiado.
Si llega hasta mi el Covid,
dejaré de olerte.
Si hablan de la siesta,
se me escapan los bostezos.
Si defiendes la violencia,
me salen cardenales.
Si la que habla es la iglesia,
saco las palomitas.
Si he dejado de quererme,
cambio rápido el espejo.
Si el viento me empuja muy, muy fuerte,
abro grande las alas
y con mi trebol en la mano
me abandono a mi suerte.

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