Sé que este viento me lleva al peor de los lugares y que sin él tengo una oportunidad. Pero de sobra sabe a quién elije y de sobra sé que, de hacerle frente, no sería yo.

Soy volátil y sin peso, por eso me escoge y por eso lloro mientras me mece con violencia.

Envidio y suplico con el brazo estirado. Pido ayuda y que me enseñe, ese que no hay huracán que lo mueva cuando decide plantar sus pies.

Pero mi voz ya no se escucha. Es silencio y gestos mudos.

Soy una hoja vapuleada. Y no es otoño y no caigo con un suave vaivén. Soy polvo en suspensión, y si alguna vez me posara, el sitio sería cualquiera menos el que eligiera yo.